Hierve el agua
Ese día fuimos a conocer hierve el agua y recuerdo que el taxista que nos llevo era muy necio, insistió en que nos paráramos en un mirador y eso hicimos. Nos toco un cielo espectacular, hacia un poco de frio y yo no me había bañado. Me sentía hinchada en general por las hormonas que me estaba inyectando. Recuerdo la sensación de miedo, nervios y excitación, pues el tratamiento era un volado y trataba constantemente de reprimir a mi imaginación.
Hierve el agua supero cualquier cosa que había imaginado.
Mariela Belmar
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